En la película Conan el Bárbaro de John Milius, la secta de Thulsa Doom es la imagen del caos a la que Conan tiene que enfrentarse. Thulsa Doom es un líder religioso de una secta que cuenta con un gran número de devotos, entre ellos la hija del rey Osric, muy cercana a Doom. Para rescatarla, el rey acude a Conan a quién pagará en abundancia. Además, Conan tiene una sed de venganza contra Doom por ser quien mató a sus padres y lo capturó, haciéndole vivir en la Rueda del dolor y sumiéndolo en una vida de esclavitud hasta que Conan consigue hacerse con su libertad.

  Cuando Conan está bajo las manos de Doom y éste le hace ver la estructura que ha construido, le explica en qué consiste el poder de su secta, que para él no es tanto el dinero sino la ciega entrega de sus seguidores – “la fuerza de la carne” como le explica al héroe. Doom consigue montar una estructura de carácter religioso, en la cual sus seguidores viven en una comuna apartada del mundo para vivir de acuerdo a sus ideas, comparten la misma vestimenta, jerga y saludos propios y practican orgías en la corte más cercana a Doom.

  Algo parecido a esta secta ficticia fue llevada a la vida en el mundo real por Bhagwan Shri Rashnish, también conocido como Osho, el gurú que consiguió crear en el estado de Oregón su propia ciudad dedicada a la realización espiritual.

  Como narra la serie documental Wild Wild Country, Osho comienza su andadura en la India como catedrático de Filosofía en la universidad de Jabalpur, convirtiéndose en una figura polémica por sus opiniones en contra de las figuras públicas indias y sus ideas contrarias a la moral tradicional y opuestas al socialismo. Al tiempo, ganaba un público que le pedía asesoramiento sobre la vida espiritual y del que comenzó a obtener grandes beneficios económicos. Gradualmente, comienza a dirigir campos de meditación de pocos días y, más adelante, decide construir los primeros centros dedicados a la búsqueda espiritual, abandonando la enseñanza. En 1970 se muda a Bombay donde comienza a hacer discípulos, los neo-sanniasins, los cuales adoptan una estética basada en el color naranja y el uso de un collar con la cara de Osho.

  En 1974, con el crecimiento que experimenta su culto, compra, con ayuda de una seguidora, una casa en Pune donde funda un ashram o casa comunal de meditación, el Osho International Meditational Resort, en el cual se comienza a producir ropa naranja, joyas, cerámicas, etc. También tiene cada vez una mayor afluencia occidental, siendo ésta una gran fuente de ingresos. Incrementa el número de discípulos que, tras determinadas estancias, podían estar “graduados” y comenzar a trabajar en el ashram. Este crecimiento hace que Osho decida buscar otro lugar más grande. Sin embargo, la tensión cada vez mayor con el estado indio dificulta mucho la búsqueda del nuevo terreno, oportunidad que sí le ofrece el estado de Oregón en Estados Unidos, donde comienza el nuevo ashram en 1981, al comprar el Big Muddy Ranch, un rancho de 260 km². A partir de aquí, Osho pasa a mantenerse en silencio por tres años, mientras Ma Anand Sheela, su secretaria personal, se hace la figura pública de la comunidad.

  En Estados Unidos, la comunidad adopta el nombre de Rajneeshpuram situándose vecina al típico pueblo del interior americano de Antelope. El modo de vida de la comunidad en América es muy similar al de los seguidores de Thulsa Doom. Orgías diarias y sexo de todo tipo, meditación, adoración y devoción al líder (guardado por agentes armados) y servicio en la comunidad. Las escenas de archivo nos muestran cómo se reunían los seguidores de a miles para escuchar las charlas de Osho. Éste se presenta con finas vestiduras y relojes de lujo sentado en un trono, desde el que da discursos sobre espiritualidad, moral y filosofía.

  Los seguidores de Osho, conocidos como Rajneesh, siguen fielmente a su líder y mientras éste se dedica a cultivar las mentes de sus seguidores, Sheela se dedica a cultivar una red de poder que dirige la comunidad.

  Las ansias de dominio de Sheela llevan a que entre en conflicto directo con sus tranquilos vecinos de Antelope, pueblo del que se hace con el control de forma democrática. Con el tiempo esta sed de poder le lleva a hacerse con armas tanto fuera como dentro de la comunidad y comienza una guerra legal contra el Estado.

  La nueva ciudad había tenido problemas desde el principio. En primer lugar, con la asociación 1000 Amigos de Oregon, que quería impedir el desarrollo de la comunidad alegando que las tierras del rancho solo podían utilizarse para ganadería. Posteriormente, se enfrentan al fiscal debido a que se consideró que el gobierno del pueblo de Antelope era ejemplo de control de aparato estatal por parte de un organismo religioso, lo cual estaba prohibido.

  Además de esto, Sheela quiere manejar cada vez más poder y para ello orquesta un fraude electoral a través de la traída de indigentes de toda América a la comunidad, con el fin de situar a la cúpula de la comunidad como líderes políticos en Oregon. Ante el fracaso del plan, devuelve a los indigentes al exterior de la comuna, previamente sedados tras invitarles a cerveza envenenada, causando un grave problema en las ciudades cercanas.

  Del mismo modo, la desesperación le lleva a realizar un ataque bioterrorista intoxicando con salmonella a unas 700 personas con el fin de incapacitarlas para las elecciones.

  Poco después, Sheela y la cúpula de la comuna entran en una espiral de violencia donde intentan asesinar al fiscal del estado, al médico de Osho y realizan de forma sistemática espionaje con micrófonos y acoso a los residentes de Rajneeshpuram.

  Tras el intento de asesinato del médico, Sheela y la cúpula huyen. Poco después, el Estado comienza una táctica de acoso y derribo contra Osho, desencadenada en último lugar por un problema con el visado del líder, quien acaba huyendo de la comunidad al verse sitiado por las autoridades y es apresado poco después.

  Acaba así la odisea de Osho y Sheela en Estados Unidos, los cuales deben hacer frente a los numerosos cargos judiciales que pesan sobre ellos.

  Análisis.

  Desde el punto de vista ético, en un principio, la secta no incurrió en ningún delito al instalarse en Oregon. En primer lugar, adquirieron las tierras a través de la compra. Por lo que adquirían el pleno derecho sobre ellas. La demanda de los 1000 Amigos de Oregon era inconsistente al alegar que el uso de la tierra era ilegítimo. En caso de que se considerase que el uso de la tierra viene determinado de antemano, surgiría una multiplicidad de problemas de difícil solución. Por ejemplo: ¿cómo se determina qué tierras son para qué?; ¿quién determina el uso concreto de las tierras?; ¿cómo podría cambiar el uso de la tierra?; ¿es permanente una sola forma de uso de la tierra? Evidentemente estas cuestiones solo pueden solucionarse a través del respeto de los derechos de propiedad sobre los bienes. En ese caso, aquel que ostente los derechos de propiedad sobre un bien puede determinar el uso que le da a los bienes, sea éste el que sea siempre que no agreda bienes de terceros.

  Por otra parte, de forma interna el hecho de seguir o no los mandatos de Osho y la adhesión a la comunidad es completamente voluntaria, por lo que es una organización plenamente legítima, mucho más que el Estado.

  Los problemas de Rajneeshpuram aparecen cuando Sheela intenta hacerse con el poder político de las zonas adyacentes. Es en este momento en el que convierte a la secta en un objetivo del Estado, ya que se presenta como un competidor. De hecho, se critica a las escuelas infantiles que han caído bajo el control de los Rajneesh por estar cargadas de ideología, es decir por no tener la ideología estatal. Además de esto, las prácticas de Sheela pasan a ser violentas hacia terceros externos a la secta y hacia los propios integrantes, con lo que comienza a violar los derechos de propiedad de numerosas personas y tener acciones éticamente negativas. Sheela comienza a imitar al Estado.

  Desde el punto de vista económico la secta tiene una forma de organizarse digna de análisis. Por una parte, defienden de forma abierta el capitalismo, posición que queda patente por los múltiples negocios de todo tipo que la organización regenta. Los beneficios económicos se registran por millones al vender todo tipo de bienes y servicios al exterior. La mayor fuente de ingresos provenía de los festivales trianuales que se festejaban en la ciudad y que dejaban varios millones de dólares por festival. Hacia el interior de la comunidad adoptaron un tipo de vida comunal, donde compartían los bienes entre los integrantes de la comunidad. Sin embargo, había excepciones. Osho no participaba de la vida comunal, se dedicaba a la colección de relojes de lujo, el consumo de drogas poco corrientes, la colección de Rolls Royce (de los que llegó a tener 93) y el cuidado de sus dos jets privados.

  Además de esto, la secta llevó a cabo varios delitos que podrían ser considerados dignos de elogio como el contrabando de oro, la evasión de impuestos e irregularidades en el registro de inmigración en la India.

  Todo este sistema se pudo construir con la fidelidad de miles de seguidores de Osho. Pero, ¿qué era lo que perseguían estos fieles? Este gran movimiento internacional, que permitió levantar ciudades en el desierto, echarle un pulso a la justicia norteamericana durante los años 80 y amasar una gran fortuna para su líder estaba basado en una filosofía vitalista que mostraba un rechazo de las instituciones tradicionales y de la religión y que bebía de Nietzsche, del misticismo de Gurdjieff y de técnicas derivadas de las prácticas budistas.

  El discurso de Osho se basa en una premisa atea desde la que estructura una defensa del presentismo. Elimina la posibilidad de que exista un propósito trascendente en la existencia y sitúa a la propia vida como propósito de sí misma. La única respuesta que se puede tener ante el fenómeno de la vida es, según Osho, disfrutarla en el presente y sin ataduras. El líder defiende que todos los sistemas morales tradicionales son hipócritas ya que buscan la codicia y se sustentan en el miedo. Por su parte, establece que la moral debe salir de forma espontánea de la consciencia del meditador, sin tener ningún tipo de moral preestablecida. Cosa que parece difícil de casar con la constante defensa del amor y la compasión que lleva a cabo. La búsqueda debe ser la búsqueda de la consciencia de uno mismo, un despertar, pero, en este caso, sin capacidad de trascender o salvarse como haría un gnóstico. Las instituciones tradicionales como el matrimonio o la familia son vistas como opresivas, siguiendo una línea de marxismo cultural. Con todos estos ingredientes se configura el caldo perfecto en el que crece la defensa del sexo libre y las relaciones afectivas de carácter efímero y esporádico, dedicadas simplemente al placer corporal.

  El éxito de esta secta prevalece y se sustenta sobre la figura mítica del superhombre que puede romper con las estructuras de su tiempo que parecen impuestas y descubrir su propia forma de vivir la vida sin restricciones. Es comprensible que esta secta aparezca en la modernidad, dado que ésta viene marcada por la pérdida de sentido o propósito de la existencia y el abandono de los esquemas tradicionales de visión del mundo. Los Rajneesh son una secta atea, una religión posmoderna.

  En sus discursos, característicamente soporíferos, Osho, también humorista, nos deja innumerables chistes, blasfemias contra el cristianismo y célebres citas como la siguiente:

No hay objetivo en ninguna parte, la existencia no se mueve hacia ningún fin, y es bueno que no esté yendo hacia ningún objetivo. Porque si hay un objetivo, tarde o temprano será alcanzado… y, entonces qué.

  Un gurú para los tiempos modernos.

  En conclusión, podemos decir que la caída de la ciudad Rajneesh en América se debió principalmente a sus ansias de poder impulsadas por Sheela, la cual intentó competir con el Estado por la fuerza. Error fatal ante cualquier gobierno ya que son siempre la banda más fuerte y organizada. Además de esto cabe señalar la compleja y brillante organización económica de la ciudad, abiertamente capitalista. Esta actitud dio sus frutos en lo material, disfrutando de infinitud de bienes y servicios dentro de la comunidad.

  Desde el punto de vista filosófico y moral, la comunidad fue un fraude desde el comienzo. Sheela llega a confesar en el documental que la búsqueda espiritual no tenía ninguna relevancia, especialmente para Osho. Simplemente querían conseguir dinero y poder. Además, sus enseñanzas están vacías de significado religioso, siendo, simplemente, opiniones poco fundamentadas sobre la actitud que uno debe tener ante la vida.

De este modo consiguieron la tan ansiada “fuerza de la carne” que Thulsa Doom llegó a dominar. El movimiento de Osho sigue esperando a un Conan que acuda para restituir el orden sobre el caos eliminando de la faz de la tierra el desorden generado por las ideas posmodernas, en este caso llevadas prácticamente a la sacralización.