DIEZ LECCIONES DE ECONOMÍA AUSTRIACA – SEGUNDA LECCIÓN: QUÉ ES LA ECONOMÍA, ESCASEZ, ELECCIONES Y VALOR

    – Ubiratan Jorge Iorio –  

 

 

  Todos nosotros tenemos objetivos a alcanzar en nuestras vidas, desde los más simples, como comprar un helado en la esquina, hasta los más importantes, como la elección de nuestra profesión. Para alcanzar esos objetivos o fines, todos nosotros disponemos de medios y pasamos buena parte de nuestro tiempo intentando descubrir la mejor manera de utilizar esos medios para alcanzar nuestros fines. La economía, entonces, busca tratar con esos fines y medios de la mejor forma posible.

  Vamos a un ejemplo: suponga que usted dispone de cierta cantidad de dinero y que ese sea su único medio. Suponga también que usted, en determinado día, tiene dos objetivos o fines, por ejemplo, comprar un nuevo móvil y pasar el próximo fin de semana en otra ciudad. Para completar el ejemplo, admitamos que el montante de dinero del que usted dispone sólo es suficiente para realizar uno de esos fines: comprar el móvil o viajar el fin de la semana. En ese caso, usted tendrá que hacer una elección: ¡o uno u otro! Generalmente, hacemos nuestras elecciones verificando cuál de las alternativas nos dará mayor satisfacción en determinado momento del tiempo, que es aquel momento en que la elección se hace. A la satisfacción proporcionada por la posesión o uso de un bien los economistas la llaman utilidad.

  Cuando hacemos una elección, estaremos haciendo una valoración, o sea, atribuyendo un determinado valor a cada una de las opciones y escogiendo aquella que tenga el mayor valor. Esa valoración es subjetiva, depende de nuestros gustos y preferencias, aunque esté también influida por los precios de las alternativas y por el propio momento de la elección. Suponga que su equipo acaba de ganar el campeonato de fútbol y que está usted saliendo del estadio; en ese momento, el valor que atribuye a una bandera de su equipo será mucho mayor de lo que lo será, por ejemplo, tres semanas después. ¿Ha entendido?

  Pongamos un nuevo ejemplo: para un pianista, el valor subjetivo de un buen piano es mayor que el valor que una persona a la que no le gusta música atribuye a ese piano, aunque el precio de ese piano sea el mismo para ambos. Ahora bien, si el pianista va a comprar o no el piano eso va a depender de los medios de que dispone (dinero, espacio en casa para colocar el instrumento), de las alternativas o elecciones que necesitar hacer (por ejemplo, ya que los medios son escasos, podría tener que escoger entre comprar el piano o reformar la cocina de su casa). ¿Ha quedado claro?

  Este ejemplo es una buena pista para comprender la diferencia entre precio y valor. Suponga que su elección haya sido, en el primer ejemplo, comprar el nuevo móvil. ¡Al hacer la compraventa en la tienda, usted pagó un precio por el aparato, pero llevó para su casa un valor! El precio es aquello que usted paga por algún producto que usted desea comprar y el valor es la satisfacción que usted cree que aquel producto va a proporcionarle si lo compra. Esa satisfacción o valor, entonces, es diferente del precio y varía de persona para persona, como vimos en el ejemplo del piano; en cuanto al móvil, hay personas que no viven sin uno, pero también hay personas que lo utilizan muy poco o que ni lo utilizan. El precio de un determinado aparato es el mismo para ambas personas, pero está claro que su valor será mucho mayor para la primera persona que para la segunda, lo que significa que la primera estará dispuesta a pagar un precio mayor para tener el móvil de lo que la segunda. En el caso extremo de que esta última crea que no necesita un móvil, no estará dispuesta a pagar ni un centavo por uno.

  Cuando nos decidamos por una de las alternativas, estaremos actuando, realizando una acción. Toda elección, por lo tanto, envuelve una acción correspondiente. La economía no es más que el estudio de la acción humana, o sea, estudia las elecciones que los individuos hacen, considerando que los medios o recursos de que disponen nunca son suficientes para satisfacer todos los fines. A ese último hecho se le conoce como escasez, o sea, los medios siempre van a ser escasos cuando se los comparen con los fines, lo que significa decir, en otras palabras, que no podremos jamás realizar todos nuestros deseos, porque estamos limitados por los medios de que disponemos. La economía nos enseña las mejores formas de tratar con la escasez.

  Observe que mientras más se desarrollan las economías, más medios o recursos surgen; pero sucede que los fines también aumentan, de modo que el problema de la escasez permanece. No podemos escapar de él. Piense en lo siguiente: hoy, tenemos muchos más medios de lo que tenían nuestros abuelos, pero tenemos también muchos más fines, muchas más necesidades, que lo que ellos tenían hace 80 o 100 años. Así, aunque ganemos mucho más que lo que nuestros abuelos ganaban, tenemos fines o necesidades que ellos no tenían, como, por ejemplo, televisión, internet de banda ancha, frigorífico eléctrico, coche etc. De la misma forma, aunque nuestros abuelos ganaran mucho más de lo que sus abuelos, sus necesidades eran también mayores que las de sus abuelos, que no necesitaban tener gastar en luz eléctrica, teléfono, radio etc.

  Lo que estamos queriendo enfatizar es que el problema de la escasez siempre existió – desde de la más remota antigüedad -, existe y va a continuar existiendo, aún con la multiplicación extraordinaria de los medios y recursos que el capitalismo provocó. Aquí cabe un pequeño paréntesis: usted debe haber oído de algunos profesores de Historia cobras y lagartos acerca del capitalismo, pero la verdad histórica (que ellos omiten siempre) es que fue exactamente el capitalismo, por medio de la promoción de la capacidad empresarial de algunas personas, el que arrancó de la pobreza extrema a millones de personas, desde la Revolución Industrial, y el que dio la oportunidad a que esas personas progresaran en la vida, de acuerdo con sus ganas de trabajar, su capacidad, su inteligencia y también su suerte.

  El socialismo, sistema que intentan hacernos creer que es el paraíso en la tierra, dondequiera que haya sido implantado, sólo generó pobreza, una pobreza distribuida por toda la población. En ese sistema, que atenta contra la dignidad de la persona humana porque trata a las personas como simples objetos (semejantes a las termitas, hormigas y abejas a las que nos referimos en la lección anterior), las elecciones de los individuos quedan bastante limitadas, porque es el estado quién se otorga el poder para hacer la mayoría de las elecciones, desde la elección de qué productos deben ser producidos, en qué cantidades deben ser producidos, cómo serán producidos y para quién serán producidos.

  En esos simulacros de organización económica, los medios son apropiados por el estado y a los individuos sólo les resta escoger, como mucho, entre las alternativas que el estado les coloca a la disposición. En esos sistemas, en rigor, no podemos hablar de precios, sino de pseudo-precios, porque los precios verdaderos requieren mercados donde sean determinados; los mercados, por su parte, requieren propiedad privada de los medios de producción.

  Ahora bien, como esos sistemas no adoptan la propiedad privada, en ellos no puede haber mercados propiamente dichos y, siendo así, no pueden existir precios verdaderos, o sea, precios determinados por vendedores y compradores de manera libre y espontánea. Como no hay precios, esos sistemas se guían a ciegas, porque en ellos es imposible para el gobierno hacer cálculos económicos correctamente. Ese es el conocido problema del cálculo económico en el socialismo, que llevó a Mises, un gran economista austríaco, alrededor de 1920, a afirmar categóricamente que la Unión Soviética poseía una economía que se guiaba a ciegas y que podría durar seis o siete décadas, al final de las cuales iría a desaparecer, cayendo como un castillo de cartas, como de hecho aconteció. Lo que valió para la Unión Soviética vale para cualquier economía que adopte el sistema socialista. Duran algún tiempo, pero su destino es la destrucción.

  Como vemos, las libertades individuales quedan bastante restringidas en los sistemas socialistas y más aún cuando los mandatarios de esos sistemas deciden acabar con la propiedad privada de los medios de producción, como hicieron en la Unión Soviética, Cuba, Corea del Norte, Vietnam del Norte, durante muchos años en China (que está gradualmente restableciendo los derechos de propiedad) y otros infelices países.

  En el ejemplo dado, los medios son monetarios (dinero), pero no todos los medios o recursos son monetarios. Suponga que su fin sea inscribirse en un concurso que exija una tasa de inscripción de 70 reales y diploma del segundo grado completo. En ese caso, suponiendo que usted posea los 70 reales y que tenga el diploma exigido, estos serán los dos medios exigidos para que usted realice su fin, que es inscribirse en el concurso.

  Tenemos, por lo tanto, algunos conceptos fundamentales con los que trabaja la economía: medios o recursos, fines, escasez, utilidad, elecciones y valor. Si usted entendió cada uno de ellos, está listo para entender también los asuntos de que los que trata la economía.

  La definición más conocida de economía es la que dice que es la ciencia que estudia cómo utilizar recursos – que son siempre escasos – para alcanzar fines alternativos. Note que en economía tenemos los fines y los medios para que alcancemos los fines, pero que la economía como ciencia debe preocuparse esencialmente con los medios. Es una ciencia de medios, en la que los fines no son determinados por autoridades o por burócratas, sino por los consumidores: dado que estos señalan que la economía debe, por ejemplo, producir 80 millones de pares de zapatos por año, los economistas se preocupan en como los medios o recursos deben ser utilizados para que ese fin sea alcanzado.

  Los principales problemas que la economía busca solucionar son el qué producir, cuánto producir y cómo producir y las respuestas más adecuadas a esas cuestiones, como veremos en las lecciones siguientes, sólo se pueden encontrar en los mercados, que es donde las acciones (elecciones) libres de compradores y vendedores se encuentran de forma voluntaria.

  De momento, lo que hemos visto hasta aquí es suficiente.

 [i] referencias

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